sábado, 23 de abril de 2011

De la propensión a los olvidos

La felicidad- me dijeron-

es asunto de poetas ebrios.

Útiles solo para cabalgar la luna

con todo y sus acólitos nocturnos.

Escóndete tras la puerta me dijeron.

No cruces la línea que separa al ahorcado

de su mediodía.

Huye del espejo y sus engaños

únete más bien a una legión de imágenes

promotoras de la ausencia.

Trágate tu amor al prójimo

y sus dinosaurios descalzos.

Esas utopías ya no las compra nadie.

Si descubres un vuelo de monarcas coloridas

dales la espalda

no escuches su caricia en el aire

y el escándalo de sus alas encendidas.

Podrías no recuperarte.

Ama la sombra y sigue sus instrucciones

protégete en su círculo de las tentaciones

que la luz produce

Súmate a la sagrada ley de lo que no se mueve

eso es lo que perdura.

Todo esto me dijeron.

Pero mi desnudez no tenía bolsillos para entonces.

Tampoco una memoria para el llanto.

He seguido la ruta de las aguas

en su afán de mar y de horizonte.

Y no puedo detenerme todavía.



Consuelo Tomas

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