miércoles, 16 de febrero de 2011

No de lo que pasó

Toda la noche me estuve
arrepintiendo,
no de lo que pasó,
de lo que estuve por hacer
antes de arrepentirme.



Un chico de cinco años se come
la pata de plástico de un ciervo;
cuando la madre le explica que no es
chocolate lloriquea. No se sabe
quien se arrepiente.



Arrepentido de estar en el
arrepentimiento,
pero ya cerraron la puerta de tu casa.



Hay una hilera de árboles
verdes alineados para doblarse
en el viento, son muy viejos
estos pensamientos.



Un auto azul da dos vueltas en el aire
y cae como un gato de nuevo
en el asfalto.
No me arrepiento.



La música le entra por un oído
y le sale por la boca cuando da
su veredicto.
Ya no recuerda, se arrepiente.



No puede parar de arrepentirse.



Los árboles verdes, es posible que sean
tres, se desvanecen con el sexo. Luego
vuelven a aparecer. Una brisa los mece un rato,
con el tiempo el aire se enfurece.



El beso no fue para Alejandro,
era para Daniela; Los sueños
son oscuros, los árboles verdes:
tres por el arrepentimiento van contentos.



De la copa del Palo Borracho
se desprende el arrepentimiento
de un pariente.



Virutas de acero
en el piso de la tornería.
Una fuente de esquirlas
en la fricción del torno. Decime
si miento cuando me arrepiento?



Baco vino a ver al niño a su balcón:
-Baco, mamá, Baco vino
a verme a mi balcón.



Es obligatorio necesario
arrepentirse,
quedarse irse,
cuando toco tu piel
suena la sirena del vapor
pero hay espinas en la cama,
migas, mal olor.



No me arrepiento
me arrepiento
te amo así
sin mí.



Un río
sus celofanes.



Daniel Durand