jueves, 2 de abril de 2009

Arrasar.

No dejes que te llame la duda,
ni su encanto infalible,
no dejes que te corrompa el miedo,
ni que te queme el orgullo,
ni que te estampe al suelo.
No, nunca dejes al alma irse,
aunque no tenga nombre,
aunque no exista,
no dejes que te gane el tiempo,
atravesalo con tu cuerpo auténtico,
y no con la ridiculez
del disfraz comprado.
Estate atento a la belleza del mundo
y nunca te olvides de que las cosas existen
aún sin verlas,
y cuanto más las ves
aún más existen.

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